"Siempre habrá antagonismo y disputas", le dije a un verdadero maestro, "porque es la manera en que funciona la naturaleza. Para que haya positivo tiene que haber negativo, para que haya luz tiene que haber oscuridad. En todo hay fuerzas opuestas, así que resulta utópico imaginar una humanidad sin bandos contrarios, y por lo tanto sin choques y enfrentamientos. Es ilusorio soñar con un mundo en paz".
"Le falta una pata a tu razonamiento", me respondió. "Si afirmas que en todo hay opuestos, entonces también ha de haber un opuesto al hecho de que en todo hay opuestos. Pero eso, para la mente racional, es algo difícil de entender", agregó el maestro, ante mi gesto de confusión.
"Mejor piénsalo así", señaló. "Hay algo en la naturaleza que tiende a la división, eso es cierto. Pero hay algo más poderoso, que tiende a la unión. Las fuerzas de atracción terminan siendo siempre más potentes que las de rechazo. Esa es la razón por la cual el universo sigue existiendo. Y esa es la razón por la cual, pese a todas sus discrepancias, la humanidad sigue conviviendo".
"Le falta una pata a tu razonamiento", me respondió. "Si afirmas que en todo hay opuestos, entonces también ha de haber un opuesto al hecho de que en todo hay opuestos. Pero eso, para la mente racional, es algo difícil de entender", agregó el maestro, ante mi gesto de confusión.
"Mejor piénsalo así", señaló. "Hay algo en la naturaleza que tiende a la división, eso es cierto. Pero hay algo más poderoso, que tiende a la unión. Las fuerzas de atracción terminan siendo siempre más potentes que las de rechazo. Esa es la razón por la cual el universo sigue existiendo. Y esa es la razón por la cual, pese a todas sus discrepancias, la humanidad sigue conviviendo".
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