viernes, 30 de enero de 2009

¿Qué entendemos por estrés laboral?


El término estrés es la versión castellana de la palabra inglesa “stres”, que procede
del verbo latino “stringere” que significa, precisamente, provocar tensión o “deformación” en un cuerpo.
En ocasiones el trabajo nos somete a situaciones para las que no encontramos la respuesta adecuada a lo que nos solicita o nos demanda.
Cuando este desajuste, que es percibido de modo diferente por cada persona, entre lo que nos pide –demanda- y lo que creemos poder dar provoca tensión, se dice que tiene lugar una “reacción de estrés”.
Cuando este proceso biológico y normal nos ayuda a mejorar la capacidad para afrontar los desafíos, decimos que este tipo de estrés es bueno o positivo para escapar a ciertas “amenazas”.
Pero cuando el nivel de estrés es tal que desencadena sufrimiento y enfermedad, ya sea en forma de trastornos psicosomáticos y/o daños psíquicos, cuando la persona
no encuentra la respuesta adecuada a la demanda, ni el apoyo externo necesario para hacerle frente, entonces es cuando sobreviene un “estado de estrés”.
El estrés laboral se manifiesta en cualquier espacio o lugar de trabajo, si bien existen algunos sectores de interés económicos y algunas organizaciones que resultan más proclives a desarrollarlo, por concentrar un mayor número de factores causantes, los llamados “estresores”.

Tipos de estrés:

Agudo: es el producto de una agresión intensiva, ya sea física o emocional, limitada
en el tiempo pero que supera el umbral del sujeto.

Crónico: se produce en un período prolongado de tiempo, de manera recurrente, continuo,no necesariamente intenso, pero exigiendo una adaptación permanente.

Síndrome de estrés postraumático, que responde al trastorno provocado en la persona
por haber vivido un episodio especialmente dramático o intenso y súbito.

Tecnoestrés, que hace referencia a los efectos que provocan los cambios acaecidos
en el mercado de trabajo y en las organizaciones debidos al uso de nuevas tecnologías,
que puede revelarse como una fuente de efectos negativos si afecta al contenido
y al ambiente de trabajo.

Estrés por razón de género que se vincula especialmente a situaciones de desigualdad
derivadas del factor sexo y/o género, así como a las mayores cargas que supone
para la trabajadora asalariada el desempeñar mayoritariamente el trabajo familiar.

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