martes, 25 de mayo de 2010

El que siembra tormentas, recoge tempestades...

Cuanta verdad encierra esta frase. Creo haber comentado en alguna que otra entrada que la energía que enviamos hacia afuera hace que atraigamos a nuestra vida aquello en lo que nos enfocamos. Simplificando, que todo atrae a su igual.


Pues bien, hay personas repelentes, insoportables, aunque les va mucho mejor el calificativo de insufribles, que van por la vida sembrando tormentas, crispando los nervios ajenos por cosas tan absurdas y banales que por mucho que intente razonar esas conductas me faltaría toooda una vida para conseguir entenderlas. Pero lo mejor de todo, es que pueden, incluso, alterar la paciencia de un colectivo, reducido, pero de un colectivo y eso aún lo comprendo menos.

Y eso no es todo, ya que hay otros sujetos, relativamente cercanos al 'foco perturbador', que ni tan siquiera son capaces de verle ni el más mínimo defecto y que hasta justifican y veneran su conducta. A los que les digo que no hay más ciego que el no quiere ver.La gente está muy mal, fatal!!

Así que creo, que cuando llegue el tiempo de la vendimia esta persona recolectará ni más ni menos que lo que ha sembrado, es decir, tornados, huracanes y ciclones.

Yo solo espero que cuando llegue el temporal no me pille cerca...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por las razones que tú misma aduces al principio, no tienes que preocuparte demasiado de estos tan necesarios como inexplicables temporales que algunos propician.