Cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te
metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la
confiada profundidad con que respiraste
el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga; aguarda
y aguarda más aún. Quédate quiet@, en silencio, y escucha a tu corazón.
Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.
2 comentarios:
ya veo que has cumplido una promesa, actualizar el blog más a menudo jeje ;-)
Jajajajaja sí!!
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