jueves, 23 de abril de 2009

LA EDAD DE NUESTRA PIEL


Imagino que ya sabréis que nuestro estilo de vida influye en la salud de nuestra epidermis,pero no solo en nosotras, en vosotros también. Así que queridos amigos deberíais leerlo con detenimiento.
La piel ejerce de escudo natural de nuestro organismo frente a las agresiones externas, aparte de ser un espejo de los hábitos cotidianos, la salud y del estado de ánimo.
La edad cronológica no tiene porque ser necesariamente la misma que la edad de la piel. Una persona con hábitos poco saludables puede llegar a tener una piel 10 AÑOS MAYOR que su edad real. Según los expertos, los cuidados de belleza facial para combatir los agentes externos, mantener una buena alimentación e hidratación del cuerpo, protegerse correctamente del sol y el aspecto genético son los principales factores que pueden determinar la edad de la piel.
Un estudio hecho por Pond’s establece que hay otros factores menos conocidos que definen nuestra salud dermatológica, todo lo relacionado con nuestro estilo de vida como las condiciones de los espacios que frecuentamos, el deporte, el sexo, el trabajo y hasta los animales de compañía influyen en la edad de la piel.

Entrando en materia, con respecto al sexo, por ejemplo - y esto chicos os va a interesar!!- se produce un AUMENTO DE LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA, RENOVANDO EL RÍO SANGUÍNEO y consecuentemente, OXIGENÁNDOSE LA PIEL, lo que acompañado de ciertas descargas de hormonas, establece una más que evidente relación entre la salud de la piel y la actividad sexual.

Como la piel es una zona de expresión emocional todas aquellas situaciones que puedan generar alegría causan reacciones hormonales que también oxigenan nuestra piel, dándole un un mejor aspecto.
Según la directora del Instituto Pond’s, “la piel es un órgano importante del cuerpo que somatiza diferentes emociones, todas aquellas sensaciones que puedan generar vitalidad en la vida van a ser buenos para la piel o, mejor dicho, para la belleza”.

Al igual que los buenos momentos repercuten en nuestra piel, también lo hacen los momentos menos agradables. El trabajo, en determinadas ocasiones, puede generar situaciones de estrés, provocando ansiedad o malestar que se puede reflejar en el rostro, de esta manera, la piel parece más cansada y sin brillo.

Así que ojito al dato, creo que ha quedado bastante claro qué habitos y prácticas son saludables y cuales no tanto para tener el cutis como el 'culito de un bebé'. Hay que cuidarse!!

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